Según la época se inauguran y se cancelan facetas de mi persona, de acuerdo a lo que me elijo y a lo que me toca vivir. Estos días son de cierre de una parte mía, en la que me niego a reconocer a los hombres como el complemento mentado, los veo a todos con recelo y de lejos. Es como arrancarse un pedacito y guardarlo en un cajón.
¿Recuerdas como suena un beso? Yo no quiero recordarlo y lo evito si puedo; el romanticismo no está en mis planes y tampoco la clásica pretención libertina (barata) que suele preceder a un rompimiento. No creas que estoy enojada, es solamente que me siento a gusto negando a los hombres, anulándolos como parejas sentimentales o sexuales. No me siento culpable, sé que es transitorio.
No sé como explicarlo pero aún me encuentro en una etapa en donde observo viejos parches y enmendaduras en mi piel, rayones y pedazos de cinta adhesiva. Miro todo con serenidad, como heridas de guerra y como el resultado de haberme arriesgado a sentir y a vivir. No me arrepiento, solo hubiera querido que hubiera sido menos doloroso. Hubiera...el hubiera no existe.
La última vez que cancelé a los hombres fue durante un año completo, evité coqueteos, huí de los interesados, desconfié de todo lo que un hombre me dijera; todo como medida precautoria...¿sabes? a veces es mejor no exponerse.
Todo lo demás de mí sigue igual, sigo sonriendo por las mismas razones, continúo emocionandome con los detalles más lindos de cada día y soñando con las posibilidades que me ofrecerá el mundo mañana, me descubro sintiéndome diferente, lo que incluye reconocerme sensible y vulnerable... como si fuera de papel, si me soplas me iré lejos.
¿Recuerdas como suena un beso? Yo no quiero recordarlo y lo evito si puedo; el romanticismo no está en mis planes y tampoco la clásica pretención libertina (barata) que suele preceder a un rompimiento. No creas que estoy enojada, es solamente que me siento a gusto negando a los hombres, anulándolos como parejas sentimentales o sexuales. No me siento culpable, sé que es transitorio.
No sé como explicarlo pero aún me encuentro en una etapa en donde observo viejos parches y enmendaduras en mi piel, rayones y pedazos de cinta adhesiva. Miro todo con serenidad, como heridas de guerra y como el resultado de haberme arriesgado a sentir y a vivir. No me arrepiento, solo hubiera querido que hubiera sido menos doloroso. Hubiera...el hubiera no existe.
La última vez que cancelé a los hombres fue durante un año completo, evité coqueteos, huí de los interesados, desconfié de todo lo que un hombre me dijera; todo como medida precautoria...¿sabes? a veces es mejor no exponerse.
Todo lo demás de mí sigue igual, sigo sonriendo por las mismas razones, continúo emocionandome con los detalles más lindos de cada día y soñando con las posibilidades que me ofrecerá el mundo mañana, me descubro sintiéndome diferente, lo que incluye reconocerme sensible y vulnerable... como si fuera de papel, si me soplas me iré lejos.