12.8.08

De


esas noches en donde piensas -más- en donde ninguna caricia es suficiente, las miradas no parecen bastar y los besos son pocos al final de las cuentas.

El perfume huele como siempre, pero desaparece todo en una sola inspiración. Te despides apartandole el cabello húmedo de la frente y besando los labios que aun sonríen.

 Cuando te subes al auto para marcharte y lo único que piensas es en regresar, no sabes a qué pero quieres estar de nuevo frente a esa puerta y verle. Volver a la calidez de esas sábanas y acariciar esos brazos, besarle los hombros. 

-Más- respiras, -más- se agita, -más- gritas.