19.8.08



Justo cuando me convencí de que no existía más de eso alguien vino a sacarme de mi error con
una sonrisita adormilada y una frase, -te llevo al aeropuerto-. Parpadeó mientras lo decía y yo 
miraba sus pestañas...dos o tres pensamientos ocupaban mi cabeza, él solo me veía a los ojos, 
despreocupado.


Tratando de dar una respuesta organicé el revoltijo y lo único que vino a mi mente fue -Caballo 
que vuela no necesita espuela-. No le dije nada, sonreí y acaricié su frente, lo besé recordando sin añorar el día en que tuve que pedirle a otra persona que me llevara al aeropuerto y no quiso.

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