Yo tengo un capricho que nació hace más de 10 años, cuando entré a la casa de un antiguo novio. Ese día entré y recuerdo que estaba nerviosa por conocer a su familia...esa es otra historia, lo que hoy quiero contarte es lo que vi cuando entré...el piso era blanco y pulido, sobre ella un cursi tapete que casi podría apostar fue herencia de la abuela, casi pude sentir el olor a naftalina. Me ofrecieron asiento y algo llamó mi atención...un sillón antiguo verde pistache. Notoriamente ese no era su color original y el resto de la sala delataba la renovación. No pude sentarme ahí, mi entonces novio me jaló hacia el sillón doble con estampado floreado abuelitesco, sentí una especie de desilusión. Después de ese día me senté en el sillón verde todas las veces que pude, estirando el cuello, para sentir el respaldo alto y asiendo con las manos las orillas de los apoyabrazos.
Ese sillón siempre me gustó, lo mencioné a mi novio un par de ocasiones pero no le pareció importante. Por algún motivo para mí esto trascendería y el capricho de tener un sillón igual me perseguiría al paso de los años hasta cumplirse hoy casi 12 años de aquel día en el que no pude sentarme en él y más de 10 en los que no he vuelto a esa casa. Como es la vida, que cuando entré a la oficina en donde trabajo descubrí que tenían sillones muy similares, en colores primarios y brillantes; el recuerdo del capricho atenuado en seguida regresó a torturarme -Gaby...no tienes sala- -Gaby, no tienes donde sentarte excepto tu cama y las dos sillas blandengues que te prestaron- -Gaby cómprate uno así-...etc. Las prioridades de anidar en mi departamento me llevaron a invertir mucho en mi cuarto, el que casi está terminado y es aquí donde entra el sillón tan mentado.
Antenoche yendo por el camino a Santa Lucía miré la tienda de muebles usados que siempre repaso con la vista y con sorpresa descubrí ¡¡ un sillón como el que quiero !!, sí, con el tapiz original, algo sucio, pero muy decente y en condiciones realmente admirables para la edad que supongo tendrá. Por prisa no pude bajarme pero anoche saliendo de la oficina fui a dar ahí y en la oscuridad de una terraza hablé con 3 hombres y una mujer sobre mi propuesta de comprarlo y llevármelo. Sentía la adrenalina en la sangre, sí, por un sillón, que podría ser mío. Mi diálogo con el cuarteto vendedor se veia revuelto porque yo al mismo tiempo pensaba en qué color lo tapizaría -¡quizá verde pistache!-.
No traía el dinero suficiente pero si dí una cantidad para separarlo, que estaba dispuesta a perder en caso de ser un engaño por parte del cuarteto weird. Me marché porque no tenía como llevármelo, con la promesa de regresar hoy y con la esperanza de que cabrá en mi coche. Regresé emocionada, pensando como se verá solitario en medio de la sala vacía, brillante en verde y conmigo sentada escribiendo en la lap.
Mío, mío...el capricho es mío ya. Pistache.
3 comentarios:
Felicidades!!
Nada como cumplir un antiguo capricho.
Asi me sentiré el dia que encuentre el DVD de la pelicula de SEXO, PUDOR Y LAGRIMAS
:)
Graciaaas !!
y en que termina la historia? ya te lo pudiste comprar? estrenando? retapizando? foto! foto! jajaja
saludos!
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