Todos tenemos algún amigo que cuando tiene novia es causa perdida. Que deja de asistir a las reuniones, de atender llamadas telefónicas cada 3 días que encuentra el amor.
Sus mundos giran alrededor de sus novias y cada vez que se enamoran los perdemos. Si están felices están noviando, besandose de los más chulos en las salas de sus casas y por eso no pueden asistir a otros compromisos, porque no pueden faltar a su cita diaria a intercambiar saliva...que cutes. Por otro lado si pelearon nuestro amigo está depre en su casa, dormido, rumiando el coraje, intercambiando mensajitos rabiosos o llamadas gruñentes. Por supuesto que si están lejos uno del otro...wácala, los ojos de borrego dormido plus nostálgico, el aferramiento crónico al celular y obvio el encerrón obligatorio para extrañarla con ganas.
Sí, todos tenemos de esos. O tuvimos. A todos nos gusta pensar que la etapa pegostiosa lunamielera se terminará y se dará cuenta que el mundo alrededor siguió girando mientras ellos se miraban a los ojos durante horas. Nadie niega lo tierno del asunto, claro que nos gusta ver al amigo feliz, enamorado hasta las chanclas y sonriendo por el olor a pasto cortado; sin embargo sus prolongadas ausencias poco a poco hacen que ya ni lo recordemos para invitarle a nada o de plano aunque lo recordemos sabemos que no valdrá la pena decirle porque seguro estará en algún asunto novia-related. En algunos casos ya ni se le menciona en las clásicas anécdotas rancias que el grupo de amigos saca a colación en cada reunión...
La pregunta de todo este asunto es ¿hasta cuando? ¿hasta cuando es posible mantener una amistad que se sostiene del recuerdo, de la nostalgia sin ojos de borrego a medio morir?. ¿hasta donde empatizamos sobre estos enamoramientos que no dejan espacio para nada más?
Yo he conocido dos casos hard-core de este amor encadenativo, jeje. Uno de ellos salió de mi vida por la puerta de atrás, la del gato; y de la vida del resto de sus amigos para irse a casar, con un chico agradable, hasta chistoso...llevamos años sin hablarnos y por supuesto que no le hará falta hasta el día en que se divorcie (cruz cruz) y quiera platicar con sus amigas....perdidas. El otro amigo, después de años de verlo desaparecer intermitentemente ha colmado mi breve paciencia (me acordé de Thalía, por eso de la breve cintura) y obvio comienzo a pensar...soy yo, porque no tengo novio, pero no, recapitulando mis años de enamoramiento y mini-enamoramiento me doy cuenta que nunca falto con mis amigos, y que logré entender que hay tiempo para todo en esta vida, tiempo para besuquearse y anexos, tiempo para reirse a carcajadas con los amigos, tiempo para la familia y tiempos para mezclar a unos y a otros. Pero creo que eso se logra solo cuando te has dado cuenta que has perdido tiempo y tomas conciencia de lo valioso que puede ser perderse momentos...nada más así. Cuando miras atrás y dices -¡Madres!-
Perder el tiempo y perder amigos, suena tan feo uno como otro...perder ambas cosas aún más horrible. Been there, done that; pero hay gente que no parece aprenderlo nunca, quizá necesiten perder más amigos, o un zape, jejeje. Es como vivir en Lost, pero del amor, que puede ser padrisisisisisimo....por un tiempo, hasta que llegue por tí el avión.
* no, Air Suply no tiene nada que ver en el asunto, jajaja