AVENTURAS INSECTUOSAS

Una fresquísima noche de domingo, me hallaba muy contenta disfrutando de las delicias voyeuristas del internet y los juegos en línea cuando de reojo vi a algo moverse en la pared blanca detrás de la computadora. Sí, mi monitor tiene una funda de peluche rojo con cuernitos y detrás del cuerno izquierdo veo claramente un par de antenas frenéticas y el paso vacilante de más patas de las que puedo contar ¡ Es una cucarachaaaa! Waaaa.

Pronto vinieron a mi mente varias soluciones sobre su avance hacia mí...por mi pata cucha no estoy usando zapatos y ando como naca que soy todo el día con los pies sucios y no había nadie en casa...Ok, la ignoraré y seguiré en lo mío y ella en lo suyo...¡¡y en eso veo que se despliegan sus alitas!! Aaaaaah va a volar y a aterrizar en mi frente y a picarme y a dejarme un infectado chichóoon! ¡Aaargh! La verdad es que sería la cereza del pastel después de la caída de las escaleras y que tirara mi cel al inodoro del baño (por cierto no sirve ya).

Me levanté en busca de armas blancas para combatir al insecto asqueroso y pronto me encontré con la sección local del diario de yucatán ¿adecuado? ¡sí! seguramente ahí hay caricaturas de efrén y si tuviera perro estaría limpiando su excremento con ellas...ejem, el caso es que tomé la sección local enrolladita y ¡zaz! que se me viene encima el bicho y las dos corremos una tras de la otra sin rumbo trazado (olvidé mi pie cucho) hasta que salté encima de una silla giratoria (con colchoncito) y ella siguió de largo...fiuuuuuuuuuuuuu. De la que me salvé, seguro me quería matar o mínimo mascotear.

Ya que desapareció de mi vista, me reí mucho...si hubiera habido una tercera persona seguramente se hubiera reído muchísimo ¡o me hubiera prestado un zapato y evitado toda esta hazaña de riesgo! A la próxima voy a contratar un doble.

¡Que tengan una semana lindísima y cucaracha-free!