Parece que fue ayer que lo único que podía cocinar era una olla de arroz con lentejas que me duraba las 3 comidas de hasta 2 días; siempre he pensado que la comida compartida sabe mejor...y esa olla nos daba para él y para mí. Bueno, no nos atoremos con arroces del ayer, je. Hoy les voy a contar de mi última incursión en la cocina. Curry de pollo con manzana y papas.
Puristas grastronómicos: Esta receta no contiene ningún secreto ancestral y ni siquiera está realmente basada en una receta. Es mi interpretación personal del curry. Quedan advertidos, no se aceptan reclamaciones.
Ese sábado me levanté a las 7 y me di cuenta que en fines de semana el mundo se despierta más tarde y que por lo menos el supermercado estaría cerrado ¿que por qué no fui al mercado? porque ahí no hay muchos de mis caprichitos de último momento, cuestión de surtido e importaciones, ejem.
Antes de ir al super releí unas receta en la web y decidí hacer un remix. Nunca se me ha dado seguir una receta al pie de la letra y espero que jamás ocurra, quizá significaría la doblegación de mi espíritu o taaal vez muera 10 días después de que ello ocurra, quien sabe. Ya en el super escogí pechugas de pollo sin piel ni huesos (pobres), 2 paquetitos de papas cambray preocidas, 2 manzanas rojas de las peques, 1 cebolla, 2 dientes de ajo pequeñitos, Curry en polvo, 2 latas de puré de manzana y 1 cuarto de crema de leche. Les cuento que me vi super linda, porque soy muy indecisa y devolví latas para llevarme las manzanas naturales y las llevé hasta el anaquel...siempre tan detallista.
Cuando llegué a la casa metí a enfriar una botella de vino que tenía en un panel con la leyenda "rómpase en caso de emergencia" para compartir. Puse a hervir con agua y una pizquita de azucar las manzanas picaditas. Mientras tanto encendí la radio y canté un par de canciones pop...siento que sin canciones pop la música no queda tan buena.
En otra sartén pequeña pongan los dientes de ajo aplastaditos y la cebolla en trocitos pequeños, déjenlos cocerse sin dorarse, ya saben todo en exceso suele ser de mal gusto. Mientras en la licuadora puse el puré de manzanas, un poco de mostaza amarilla, la crema de leche, echenle especias (yo revisé el anaquelito) y le puse pimienta, 3 cucharadas de curry, media de sal, media de azucar, perejil. Y si ya hay manzanita picada cocida, echenle un poco; sin mermar los trocitos que luego saben rico junto con el pollo y las papas. Esperen al ajo y la cebolla y ya cocidos denle rienda suelta a la licuadora. Disfruten el ruido que hace, como cambia de matices barítonos mientras deshace todo lo que le echamos.
¿Han ido a un spa? Ok yo no, pero creo tener una idea clara así que mandemos a las pechugas de pollo a un spa. Primero demosles un masaje con aceite de oliva y un poquito de mostaza amarilla, les espolvoreamos salecita y perejil seco en trocitos y las dejamos reposar (pero nada de sol). Ahora a la cama de bronceado "aka" sartén....rocíenla con aceite en spray (no queremos grasa extra) y denles una sesión de baño en ellas hasta que tengan unas cuantas vetas doraditas, unas pocas.
Muy bien, estamos casi listos. Preparen una cacerola amplia, pongan una primera mano de salsita; ahora pongan unas pechugas, las papas cambray precocidas y las manzanas en trocitos; encima más salsa y así van intercalando todo. Ahora enciendan la lumbre en lo más bajito y dejenlos conocerse, así nace el amorrrrsss.
Después de 10 minutitos el amor ya habrá surgido en la cacerola; apaguenle pues y pongale tapa al asunto. Caliente antes de servir (la comida), lo demás que deba ser calentado que sea después de la comida, nos gusta la higiene.
Ni me digan -aaaaay- así no va la receta-, quedó delicioso y eso es todo. Hasta mi mamá que frunce el ceño con cada cosa que cocino quedó encantada....si puedo hacerla sonreir con ese curry, seguro a tí también. Y eso que ella ni probó el vino.
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