Hoy camino al trabajo vi un grafiti que decía - ¡ sosprendente ! - y me reí mucho.
Estos días he reído mucho, he sonreído más. En un breve lapso de tiempo varias personas que me han dicho que tengo una sonrisa muy sincera y que soy muy transparente... lo admito, si soy transparente y desafortunadamente también cuando me enojo o no me siento bien.
Estas últimas semanas han habido cambios, chiquitos y grandotes...desde tratar de convertir mi cuarto en un espacio aún más confortable, deshaciendome de cajas y colocando mis libreros, pintando una pared (quedó muy chillón el coloor, arrgh), distribuyendo mi colección de mininos para decorar...hasta reorganizar en mi mente lo que quiero de la gente que me rodea, buscando (egoístamente, lo reconozco) lo bueno de todos. ¿Se vale? ¿no?. En algunas ocasiones necesitamos comodidad y buscarla en ese abrazo o en esa palabra sincera es algo definitivamente rico.
También he estado alejandome de aquellas personas que no aportan cosas buenas a mi vida, no digo que se trate de borrarlas de mi mapa, pero no quiero complicaciones, me declaro harta de mentiras y de hipocresías, me dan pereza y cuando las veo aunque no evito el poner los ojos en blanco por 3 segundos, huyo de la situación y de la persona, no more!.
He estado pensando en la gente que me acepta como soy, como la simple Gaby que se ríe por todo, como la preocupona, la cara de nada, la honestahastalamadre, la que ve tele en la madrugada, la jetona, la cariñosa, la fuerza incontrolable de la naturaleza que puedo llegar a ser, la destructora, la llorona, la consejera, la que escribe, la que te psicoanaliza y toma apuntes, la que te abraza, la enamoradiza, la rencorosa, la terquísima Gaby. Muchas Gabys en una sola.
Pienso en quien me acepta completa, quien acepta solo unas partes, quien me arranca y demanda otras y desdeña las demás, quien me pide que niegue algunas otras partes de mí...es complicado ser uno mismo y mantenerse fiel a la esencia. No hablo de aferrarse y no dejar que el tiempo y el crecer me hagan cambiar; pero a veces es sorprendente que hayan personas que te exijen cambiar, dejar de ser así o pensar asá. Hoy no quiero que nadie me pida cambiar nada, hoy soy así, soy yo. Tómame o déjame.
Hoy no tengo confusiones de vida ni quiero las confusiones de nadie que reaparezca en mi vida para traerme solamente sus rosarios de quejas de la vida ni nada; hoy quiero escuchar solamente al que me escucha y dar mi cariño al que me lo da a mi también...hoy no tengo ganas de ser generosa con mis abrazos y darlos a quien hoy no los merezca. Hoy quiero amar, quiero disfrutar el día,...quiero ser recíproca con las cosas buenas que me traigan las horas y dar gracias a la vida.
Hoy quiero para mí muchas cosas, todas buenas; me propongo sonreír más, pensar mucho en mí y en lo que quiero, en a donde voy y qué quiero lograr. Mi egoísmo es transparente también. ¡ sosprendente !
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1 comentario:
Gran post, Gaby.
Yo hubiera podido hacer uno casi idéntico hace un año, pero que le vamos a hacer; los habitos viejos son dificiles de dejar, y estoy seguro que mi destino es terminar soportando esos rosarios de quejas que bien describes...
Uno de estos días platicamos por el MSN (mi dirección está en el perfil del blog) y te cuento la parábola de la flecha envenenada y como cambió mi vida en una dirección similar a la que atinadamente escribes ... saludos félidos.
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