La tristeza es el colmo del egocentrismo,
Es estar con uno mismo en su estado más puro.
La tristeza llega y a veces pide permiso,
te acaricia la piel hasta penetrarla y quedarse encerrada en tu torrente sanguíneo.
La tristeza te envuelve las sienes con gasa suave y fina,
te cubre los ojos, en ocasiones de lágrimas.
La tristeza te encadena te inmoviliza con vista a un único horizonte,
grisáceo y borroso.
La tristeza es el colmo del egocentrismo,
de caminar mucho para llegar al mismo punto, indeseable.
La tristeza
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