Sentada en el suelo pegajoso,
mirando el confeti pegado al suelo,
las servilletas húmedas adheridas con huellas negras de zapatos.
Oyendo el silencio apremiante,
recordando las risas para tratar de sonreir.
Escondiéndome de tu mirada para poder derramar una lágrima sin juicios,
esperando algo con la mente en blanco,
con los sentimientos expuestos y todavía tibios.
Mirando mi ropa arrugada, sintiendo mi piel pegajosa,
recordando las risas para tratar de sonreir.
2 comentarios:
Hoy releí tu blog y pensé hacer ciertos comentarios sin sentido y quizás otros no tan exentos de significado, particularmente en el tema de la cruda. No lo hice ya que al llegar aquí al final (¿o principio?) preferí decirte esto: que aunque jamás te he visto, no te conozco y posiblemente nunca te llegue a conocer, de corazón te dejo tus abrazos números LVII y LVIII.
No había visto tu mensaje, hoy me hizo sonreir; gracias por estar aquí y por tus abrazos.
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